En esta sexta edición estrenamos una nueva sección en la que abordamos la diversidad y género desde una mirada comprometida, haciendo foco en las mujeres, históricas, activas y a menudo invisibilizadas. Es una tarea imperante homenajear a aquellas que convirtieron la lucha socioambiental en su bandera con un único objetivo: dejar a las próximas generaciones un mundo mejor. Ellas marcan el camino, ¿quieres conocerlas?
En un universo de trabajo por la igualdad, en un contexto de urgencia, es imprescindible ponernos en acción, por ello PEFF les presenta una selección de largos y cortometrajes que dejan huella.
La programación incluye 6 producciones de todo el mundo cuidadosamente elegidas. Dos de sus producciones son parte del acompañamiento recíproco entre el PATAGONIA ECO FILM FEST y el prestigioso Festival CINEMA PLANETA de México.
En este nuevo espacio que empodera a mujeres latinoamericanas y de todo el mundo buscamos organizaciones aliadas para lograr un gran impacto. Gracias a ello ONU Mujeres decidió acompañarnos en este propósito. Creada en 2010, esta organización de Naciones Unidas está dedicada a promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. (www.lac.unwomen.org).
La sección PEFF Mujeres presentará un panel virtual y un espacio de debate presencial, para aportar miradas sobre la temática de género en la industria cinematográfica, las potencialidades de los aportes de la comunidad STEM y el rol de las mujeres en las luchas socioambientales.
Esta actividad será moderada por ONU Mujeres y quienes participarán activamente de la discusión junto con referentes de Red de Mujeres de la industria Argentina, Solange Alboreda Dra. en Comunicación y Semiótica, Sociedad Argentina de Editores y la actriz ecofeminista Laura Azcurra. Quien además es nuestra invitada de lujo para la modalidad presencial que se realizará desde el 1 al 5 de octubre en nuestra ciudad.
María Julia Arana Sema, periodista especializada en Desarrollo Sostenible y Cambio Climático le ha dado voz a esta sección regalándonos un prólogo épico.
Desde hace décadas se viene escribiendo sobre el vínculo de las mujeres con la Naturaleza. En algunos casos, se escribe desde la visión romántica a partir de la analogía entre la mujer y la tierra o la Pachamama, presentados como seres que dan vida y símbolos de fertilidad. Pero el vínculo entre mujer y medioambiente está atravesado por muchas más aristas. Por un lado, las mujeres son las más afectadas por las consecuencias del calentamiento global y son el 80% de los refugiados climáticos (ONU Informe Género y Cambio Climático 2020). Una vulnerabilidad que se incrementa cuando se consideran las desigualdades sociales históricas y actuales, entre hombres y mujeres. En la última Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 25) de 2019 se aprobó el Plan de Género que trabajará para cerrar las brechas de conocimiento sobre estas dinámicas de género y atender la falta de legislación. Y es que la crisis climática se extiende mucho más allá del clima, y abordarla efectivamente requiere respuestas que aborden los vínculos entre género y medioambiente. Son varios los países que han demostrado una correlación positiva entre el avance en la lucha contra la desigualdad de género y signos positivos de acción climática.
Por otro lado, las mujeres, en especial las mujeres indígenas, son particularmente vulnerables a la violencia ejercida contra los defensores de los derechos ambientales. Según el Global Witness 2019, casi la mitad de todas las activistas mujeres fueron asesinadas por defender la tierra comunitaria y los derechos ambientales. En 2016, el mundo condenó ampliamente el asesinato de Berta Cáceres por defender los derechos de su comunidad contra la construcción de una represa hidroeléctrica en Honduras. En este sentido, el Acuerdo de Escazú, firmado y ratificado por 24 países latinoamericanos en 2020, es el primer tratado ambiental de la región y el primero en el mundo en contener disposiciones específicas sobre defensores de derechos humanos en asuntos ambientales. Esperamos que su aplicación permita dar una respuesta a estas vulnerabilidades de género en América Latina.
Pese a esto, la violencia contra muchas otras mujeres, defensoras ambientales, lideresas comunitarias, pasa en gran medida desapercibida. El rol de la mujer ha sido invisibilizado en muchas escenas públicas. El cine no está exento de esta dinámica de género. La participación de las mujeres delante y detrás de las cámaras sigue estando muy por debajo con relación a la de los hombres. Además, la representación en pantallas continúa construyendo y reproduciendo estereotipos de género que sostienen la brecha de desigualdad. El cine, como cualquier otro medio para comunicar que hace uso del lenguaje audiovisual, describe y crea realidades, por lo que es de suma pertinencia generar producciones de calidad y contenidos que aporten a la construcción de formas de vida más libres, que describan las desigualdades, que busquen transformar y no solo entretener.
En este sentido, considero muy valorable que el PEFF incluya en su edición 2021 una sección con perspectiva de género que nos permita poner en primer plano las realidades de las mujeres en su relación con la naturaleza. Para los Festivales de cine o circuitos alternos puede resultar un desafío encontrar el equilibrio entre estética (forma) y discurso (fondo) al seleccionar su programación. Pero es necesario el esfuerzo cuando se es consciente del poder en la construcción de identidades y realidades sociales que se generan a través de las pantallas.
Te recordamos que todas las actividades del festival son con entrada libre, gratuita y accesibles. Para conocer más sobre la programación de PEFF MUJERES seguí atento nuestras redes.
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